La Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundió este jueves su pronóstico climático estacional que a priori trae una buena noticia: La Niña sigue sin aparecer como se esperaba hasta hace algunos meses y las perspectivas indican que, si llega, será de manera leve.
Sin embargo, está lejos la situación de ser color de rosas en materia climática: la mala noticia es que los vientos polares están soplando por encima de su nivel normal y eso es un factor que, sumado a la posible influencia de La Niña, potencia la proyección de una temporada 2024/25 que tendrá lluvias en niveles deficitarios en varias zonas del país.
De acuerdo el informe elaborado por el agroclimatólogo Eduardo Sierra para la entidad porteña, la campaña agrícola está transcurriendo bajo los efectos de una “marcada circulación polar, con la posibilidad de que se sume un evento del tipo ‘Neutral frío’ o ‘La Niña débil’”.
En concreto, si bien durante el otoño el temprano y “vigoroso” enfriamiento del Océano Pacífico Ecuatorial generó la impresión que se estaba ante la proximidad de un episodio “La Niña” de grandes proporciones, “posteriormente perdió fuerza y, si bien el Pacífico Ecuatorial continúa exhibiendo un área con anomalías térmicas negativas, el nivel de la amenaza se redujo al rango entre un “Neutral Frío” y una “La Niña Débil’”, especifica el documento.
LOS VIENTOS POLARES, LA NUEVA AMENAZA
Aquí es donde ingresa la acción negativa de los vientos polares que, según Sierra, “se encuentran activados sobre su nivel normal, como lo muestra el extenso enfriamiento, tanto del Litoral Pacífico como del Litoral Atlántico del Cono Sur”.
Esta es la explicación, por ejemplo, a los temporales de nieve que se sucedieron en la Patagonia y en la Cordillera de los Andes, a las fuertes heladas que han ocurrido a lo largo de julio y agosto, y también al nivel escaso de precipitaciones que se ha visto en el interior del área agrícola.
“Por estas causas, se presenta el riesgo que, aunque el evento que se desarrolla en el Océano Pacífico Ecuatorial sea débil, al sumarse los efectos de los vientos polares, su acción combinada dé lugar a la persistencia de grandes extensiones con precipitaciones inferiores a lo normal a lo largo de toda la temporada 2024/2025”, advierte, en este marco, Sierra.
Y agrega: “Por las mismas causas, el invierno 2024 continuará observando condiciones rigurosas, con precipitaciones bajo lo normal en la mayor parte del área agrícola del Cono Sur, acompañadas por nevadas cordilleranas, vientos y marcados descensos térmicos”.
¿La excepción? Sólo una franja abarcando el sudoeste del Paraguay, el NOA, el oeste y el centro de Cuyo, el extremo occidental de la Región Pampeana y el norte de la Patagonia observarán aportes hídricos normales a sobre lo normal.
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LO QUE VIENE EN PRIMAVERA Y VERANO
En este marco, el pronóstico para la primavera no es tampoco muy auspicioso. “Debido a que la circulación polar será potenciada por el desarrollo del evento frío, la primavera presentará un panorama muy desuniforme”, resume el documento.
La proyección es que la mayor parte del Cono Sur observará precipitaciones normales a superiores a lo normal, pero se destacarán algunos focos secos de amplias dimensiones:
Uno abarcará el este del Paraguay y el interior del Cerrado Brasileño.
El otro se ubicará sobre el centro de la Región Pampeana, con su foco en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, y zonas aledañas.
“Aunque se producirán marcadas oscilaciones térmicas, la intensidad de las heladas primaverales será moderada, finalizando cerca de su fecha promedio”, agrega el informe.
En tanto, respecto al verano, la perspectiva es que “los vientos polares se retirarán hacia el sur, disminuyendo sus efectos negativos, pero el episodio frío alcanzará su mayor desarrollo, convirtiéndose en un ‘Neutral Frío’ o una ‘La Niña Débil’”.
La consecuencia:
La mayor parte del Paraguay, la mayor parte del Brasil, el NOA, la Región del Chaco, el Noroeste de la Región Pampeana, el este de Buenos Aires y la mayor parte del Uruguay recibirán precipitaciones normales a superiores a lo normal.
Contrariamente, gran parte del interior de Argentina recibirá aportes bajo la media, con su foco en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, y zonas aledañas.
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Respecto a las temperaturas, “la intensidad de los calores estivales apunta a mantenerse en un rango moderado, aunque se producirán focos de calor intenso, especialmente sobre el Trópico y las áreas del interior de La Argentina donde fallen las lluvias”, completa el pronóstico estacional.